
Decreto de Sanación de Linajes
Desde la mujer que soy, acepto y bendigo a las mujeres que soy en cuerpo y en espíritu
Desde la mujer que soy, acepto y bendigo a los hombres que me conforman
Desde la mujer que soy, libero las cargas ajenas, y me permito recoger la responsabilidad de mi propia existencia
Desde la mujer que soy y desde el más profundo amor hacia mi misma, ofrendo mi compasión hacia la historia de mi pasado reciente, mi pasado lejano y el pasado que no conocí, pero que atesoro en cada una de mis células
Desde la mujer que soy me ofrendo a la vida con respeto hacia la muerte, que sólo es un paso hacia otra forma de energía que me unirá a quienes me han antecedido y nos abrazará en la gloria y el amor que profesamos unos por otros.
Desde la mujer que soy agradezco las luces y más las sombras porque hacen que resplandezca con fuerza y valore el poder que me habita para levantarme una y otra vez.
Desde la mujer que soy, bendigo cada una de mis lágrimas porque ellas son las emociones no expresadas por quienes ya no están en materia, pero más presentes que nunca en espíritu.
Desde la mujer que soy, bendigo mis sonrisas, mis logros, mis talentos porque sé que mis ancestros allí donde están a mi par se realizan, agradecen y comparten esas victorias que son también de ellos.
Porque todos somos uno, agradezco la fuerza que tomo de ellos, la compañía, los consejos y las enseñanzas que cada día me entregan. Porque si sano yo, sanamos todos.