Restaurando el campo mental para sanar integralmente
Ya hace un tiempo que en las terapias se me muestra el campo mental de quien consulta con mucho detalle. Quienes tenemos acceso a los campos multidimensionales de la persona, podemos distinguir perfectamente y con detalles sus codificaciones, sus misiones, sus enfermedades, sus dolores, etc, pero sin dudas, lo que más me llama a mí la atención ver, es el campo mental. Lo veo como autovías que se cruzan entre sí, carriles encendidos, otros a oscuras, tránsito o soledad, caos o calma. Conexiones bien definidas y otras no tanto. Se distingue perfectamente quién está en transición de evolución a un plano mayor de consciencia y quien sigue aferrado a la línea temporal 33 que es la de 3D: caos, problemas, enfermedad, confusión y vibraciones afines. Dentro de ese campo mental está toda la información de un ser humano y la del inconsciente colectivo ancestral y del entorno al que está expuesto la persona. Son cables que se conectan entre sí, que se refuerzan a medida que las creencias en cada uno se van haciendo automáticas, robotizadas sin tener ninguna consciencia ni sentido. Son los patrones de comportamiento que cobran vida y se convierten en programaciones. Éstas se ven como cordones gruesos que atraviesan el cableado más delgado, es fácil reconocerlas y comprender el para qué están allí, ayudando a que la persona continue presa de sus estados (mentales, anímicos, emocionales) y no pueda salir adelante y romper esas barreras.
A medida que los pensamientos negativos, la crítica, la queja individual se van manifestando a modo de pensamiento interno (sin decirlo en voz alta) o a modo de decreto (diciéndolo en voz alta como por ejemplo cuando hablamos con alguien y criticamos o nos quejamos), esa energía densa va alimentando ese cableado, esos cordones se hacen aún más resistentes y continúan ejerciendo el control sobre el campo mental del individuo, anclándolo aún más a esa línea de tiempo estructurada y sin salida ya para muchos. Los pensamientos negativos externos (los telediarios, el entorno al que estamos expuestos en lo cotidiano, el ir a lugares masivos de concentración donde las energías son muy densas, el mantener patrones de convivencia con gente tóxica, contribuyen a reforzar aún más un campo mental nocivo.
Las esferas mentales que componen la mente y el campo mental son 6. Consciente, pre consciente, subconsciente, subliminar, supraconsciente y consciente continuo. Al producir la limpieza de las mismas es posible sembrar nuevas programaciones en terreno fértil que puedan beneficiar a la persona ya que las codificaciones de luz que surgen (patrones y creencias) tienen ahora si, relación íntima con su esencia y con su capacidad luminica de desarrollo en este plano de conciencia. Ya no son creencias o códigos heredados no genuinos que influyen negativamente a modo de hábitos y programaciones automáticas.
Reprogramar el campo mental es absolutamente necesario para que el orden pueda bajar al plano etérico y luego al físico. Sin campo mental ordenado no hay equilibrio en ninguno de los cuerpos. Detectar las codificaciones de origen y adquiridas en esta dimensión se hacen una labor imprescindible para quienes quieren dar el salto y dejar de sufrir porque cada vez más, la separación entre líneas se hace más evidente y el salto que el ser humano quiera dar tendrá que ser mayor en vibración lo que costará más a muchos.
La única manera de desprogramar y desconectar los arquetipos, los programas y la malla de control es despertando la energía de la esencia que somos. Esa energía no está jamás bajo las órdenes de ningún sistema de control, ni del programa ego. Es un proceso interno, un recorrido que nunca acaba y que está definido por el constante trabajo consciente.
Para más información sobre la terapia de restauración del campo mental:
https://lauravazquez.org/producto/sanacionintegralunificada/
Para más información de la formación en reprogramación mental:
